Baja California

El aire tibio sopla por los bosques de arena que yacen en la última esquina de México. Corre libre, a pesar de una accidentada geografía, y de los saguaros –gigantes hechos cactus– que resguardan las colinas de este imponente y magnífico santuario natural. Estamos en el estado del norte más auténtico de México: Baja California, caracterizado por un clima muy peculiar que combina todo el poder del desierto con la frescura de los mares que le bañan pues, al oeste ruge el siempre dinámico océano Pacífico, y en el este aguarda el siempre templado y noble Mar de Cortés.

Si te dejaras llevar por las apariencias, pensarías que este es un terreno inhóspito en el que la vida –y más aún, el turismo– es cosa imposible. Más vale dejar de lado toda idea preconcebida y dejarse sorprender por todas las bondades que este lugar tiene para ofrecer pues, su ubicación –cercana a los Estados Unidos– lo han convertido en un escape de descanso a donde acuden los amantes del lujo, pero también los fanáticos de lo diferente. Y es que aquí, los viajeros más exigentes han encontrado su propio pedestal, pues el vino parece brotar fácilmente de los viñedos que se extienden en suelos bajacalifornianos y la comida que aquí se prepara está hecha no solo para saborearla, sino para recordarla.

Mientras el Valle de Guadalupe se ha convertido en la principal zona productora vinícola en el país –lo que se traduce en que nueve de cada diez etiquetas mexicanas se cultivan en estos terrenos privilegiados–, Ensenada es ya el exquisito pretexto para adentrarse en la última tendencia gastronómica que tiene México para el mundo: la baja med, lo que hace de este dúo una mancuerna insuperable y el perfecto maridaje que ha puesto de cabeza a los gourmands de los cinco continentes.

En NUBA Incoming sabemos que la mejor manera de internarse a una experiencia sin precedentes, es de la mano de estos dos sitios que se complementan y juntos significan el destino más chic dentro de límites mexicanos. Y es que aquí, los laureles no solo se le han entregado a las bodegas repletas del mejor vino nacional o a las propuestas gastronómicas que emergen de los fogones restauranteros; incluso los pequeños puestos callejeros prometen un disfrute pleno al filo de la banqueta, lo que ha hecho viajar a los paladares más ambiciosos desde todas las esquinas del mundo. Así que prepárate, porque este promete ser un viaje que definitivamente desatará tu lado más hedonista.